martes, 13 de abril de 2010

Manifestaciones del ego

Hoy lleve a mi hijo al colegio como cualquier otro día, pero antes de salir, mi intuición me decía que no lo hiciera. Igual lo hice, ya que pensé, como no voy a llevar a mi hijo al colegio para que pierda un día de clases? Al salir y llegar al primer semáforo, dos autos me rodearon y uno cruzo a la izquierda con la luz roja y el otro lo tenia muy pegado a la derecha. Luego y justo antes de la luz verde, el de la derecha arranco y volví a quedar sola en el semáforo. En verde comencé a moverme y todo cambio.. no parecía yo detrás del volante, de hecho no era yo... era mi ego y estaba muy egoísta, pensaba solo en mi y que debía llegar primero que los demás, aunque no me atreví a pasar el auto que tenia delante, y no estaba manejando bien. Llegue al colegio, deje a mi hijo, y en el retorno cuando cruzaba para tomar una de las calles doble vía que me trae a casa, vi un camión de un lado y otro del otro y me atreví a pasar. Recuerdo claramente en mi mente como si algo no armonioso y con venganza en la mirada sonriera dentro de mi y me dijera si dale, tu puedes. Y avance justo cuando pasaba una persona en una moto y casi, por un segundo lo choco. Quede entonces en el medio de la vía por dos segundos, pensando en los camiones que venían hacia mi. En cuanto pude, retome mi vía y gracias a Dios y sus Angeles Guardianes no paso nada mas que un susto.


El resto del camino me quede pensando y tratando de asumir lo ocurrido... cuando dejamos que nuestro ego se apodere de nosotros, es justamente eso, una mirada desafiante, vengativa, llena de opresión y odio escondida bajo una sonrisa cruel y dominante, y los accidentes ocurren, las cosas nos pasan cuando dejamos que nuestro ego se exprese. Por que avance? Por que obedecí? Recuerdo del libro de Deepak Choprah Buda, cuando tuvo que desafiar su ego, y su ego era así, un mounstro feo, lo mas feo que tenemos los seres humanos, lo que nos hace hacer las cosas sin amor.


Recuerdo haber sentido incomodidad en el semáforo cuando los dos autos se cruzaron conmigo en luz roja, pero ese era justo el momento en el que yo debí haber respirado profundamente y pedir a Dios por protección, y esperar tranquila y armoniosamente en el semáforo sin necesidad de contagiarme de los otros.


Se que mi hijo tendrá un buen día hoy, porque la intuición era para el, pero debí haber actuado humildemente con Amor, por mi, mi hijo, y los demás, para evitar que otras personas se asustaran por mi causa. En este caso.

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